Marco Teorico
En la actualidad Chile presenta una fuerte alza en tasas de envejecimiento de América Latina, entendiendo así que en unas décadas más habrá una gran cantidad de adultos mayores en nuestro país. A raíz de tal fenómeno, se hace interesante comprender las representaciones sociales que existen de la sociedad acerca de estas personas. Respecto a lo planteado es necesaria la explicación de estas. Moñivas (1995) explica:
Moscovici define las representaciones sociales como sistemas de valores, ideas y prácticas que tienen una función doble: establecer un orden que permite a los individuos orientarse en (y dominar) su mundo social y facilitar la comunicación entre los individuos de una comunidad al proporcionarles un código para nombrar y clasificar los diversos aspectos de su mundo y su historia individual y de grupo. (pag. 18)
También llamada “saber del sentido común”, “saber ingenuo” y “pensamiento natural” (Moñivas, 1998) las representaciones sociales, son entonces una elaboración de estructuras que se generan con la impresión que nos formamos de otra persona. En este sentido, el papel del lenguaje cobra importancia, al ser este quien module la sociedad, pues este es un proceso colectivo que trasciende la propia experiencia.
En las situaciones reales de comunicación, la manera como se expresa un individuo, constituye una creación, adoptando cada vez formas originales. Incluso se utilizan un código lingüístico común y si tienen que formular el mismo mensaje, se puede asegurar que dos individuos nunca se expresaran de la misma manera. Entre las razones de esta variabilidad de las formas expresivas, existe una primera que se refiere a los objetivos que persigue el locutor a través del proceso de comunicación” (Moscovici, 1985. Pag. 537)
Ya sean aspectos educativos, sociales o culturales, cada persona construye su realidad por medio de la interacción y la socialización. Al variar entonces – por medio del lenguaje – las representaciones sociales de persona en persona y de grupo en grupo es necesario conocer y reconocer la articulación de conocimientos (afectivos, mentales y sociales) que estos pueden tener respecto a la vejez. Siguiendo la misma línea, Moñivas (1995) señala:
Las representaciones sociales que transmiten los medios de comunicación tienden a mitificar a la persona joven, con todos los atributos que le son característicos en nuestra sociedad. Las clínicas que tienen por objetivo mantenernos eternamente joven, contribuyen a ver las modificaciones orgánicas que anuncian la vejez como algo completamente indeseable que es preciso evitar o tratar de ocultar, lo que contribuye a una mala vivencia psicológica del proceso de envejecimiento.
El papel de los medios de comunicación, entre otros ha generado un moldeamiento en las representaciones sociales de la sociedad chilena en distintos aspectos de la vida cotidiana, siendo uno de los perjudicados el de la vejez. Jorquera (2010) señala que Europa junto con Latinoamérica, tienen una representación social acerca de la vejez predominantemente negativa a diferencia de otros lugares, tales como China, donde existe un imaginario al respecto considerablemente positivo, siendo este sin embargo un caso extraño, pues en general se advierte un escenario mundial en que predominan las representaciones negativas trascendiendo todas las culturas, pues la tendencia general es percibir la vejez como una etapa en la que se pierden los atributos positivos de la vida (Arnold, et. al. 2007, en Jorquera, 2010).
La predominancia del carácter negativo respecto de las representaciones sociales sobre la vejez, ha influido fuertemente en la misma percepción que tienen los adultos mayores de sí mismos, afectando así sus actitudes y expectativas considerando su vivencia como negativa debido a las RS (Moñivas, 1995).